¿Cómo saber si hay Problemas con la aplicacion de Ácido Hialurónico?Si nuestro paciente nos reporta alguna molestia, dolor, hematoma, coloración roja, etc. Debemos de citar a nuestro paciente de forma inmediata a nuestro consultorio para poder dar seguimiento y evaluar de forma correcta la situación del paciente.
No debemos de dejar de pasar tiempo en ninguno de estos casos ya que los riegos son grandes para nuestro paciente. Si al momento de evaluar la zona tenemos una posible obstrucción de alguna vena o arteria debemos de trabajar para quitar ese bloqueo de forma inmediata para así evitar una necrosis en el área.
¿Cómo contrarrestar los Problemas con la aplicacion de Ácido Hialurónico?
Para eliminar el ácido hialuronico reticulado del organismo ya que fue infiltrado lo podemos hacer mediante la enzima: Hialuronidasa!
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¿Qué es la Hialuronidasa?
· Es una enzima que rompe la molécula del AH facilitando su reabsorción y desaparición.
· Esta ruptura puede ser más o menos resistente en función del AH inyectado.
· Es por ello que hay una relación 1 – 1 , esto quiere decir que lo que se inyecte de AH es lo que aplicarás de hialuronidasa para contrarrestar el efecto del AH.
¿Qué es una Necrosis?
La necrosis, definida como “la muerte de la mayoría o todas las células de un órgano o tejido debida a enfermedad, lesión o fallo de suministro sanguíneo”, es una de las complicaciones más severas y temidas en la práctica de la medicina estética. Normalmente se debe a la interrupción del aporte sanguíneo. En caso de deberse a material de relleno inyectable; éste puede ejercer compresión vascular externa, o bien ser la consecuencia de la obstrucción del vaso por inyección directa.
¿Cómo tratar una necrosis?
El protocolo establecido para el tratamiento de esta complicación se basa en el uso de la hialuronidasa. La hialuronidasa es una endoglicosidasa que hidroliza los disacáridos que forman el ácido hialurónico. Existe una considerable evidencia para su uso “off-label” en el manejo del compromiso vascular por inyección intravascular accidental o compresión externa de vaso.
También se han propugnado los vasodilatadores como coadyuvantes en el protocolo de actuación ante una necrosis isquémica, cuya finalidad sería aumentar el flujo de sangre en el área dañada. No obstante, hay controversia sobre si incrementar bruscamente el flujo sanguíneo acarrearía un aumento y/o prolongación de los mecanismos inflamatorios.
La carboxiterapia ejerce una acción vasodilatadora, además de hemorreológica y de neoangiogénesis, a través del denominado efecto Bohr. La acidificación tisular por el CO₂ disminuye la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno, desplazando la curva hacia la derecha, lo que se traduce en un aumento de la oxigenación tisular.
Estos beneficios han sido bien estudiados en angiología, así como en cirugía plástica y reparadora. Por ello, la infiltración transcutánea de CO₂ podría ayudar a la reperfusión de un tejido dañado por una isquemia.
Cabe mencionar que este proceso deberá de realizarse solamente por profesionales de la salud, preferentemente por médicos estéticos o cirujanos plásticos.